MANEJO DE LOS GATOS CON LEUCEMIA
Se llama leucemia felina a la enfermedad cancerosa provocada por un retrovirus felino (FeLV por sus iniciales en inglés). Este virus no solo causa leucemia, también puede generar inmunodeficiencia y otros tipos de cáncer. Esta enfermedad es una causa de muerte importante en los gatos domésticos.
Se calcula que entre un 2 y un 3% de los gatos aparentemente sanos son portadores del virus, pero esta prevalencia puede aumentar hasta un 13% en gatos enfermos, muy jóvenes o en grupo de riesgo.
Una vez que un gato ha sido infectado, una gran cantidad de virus se acumula en su saliva, siendo esta la mayor fuente de contagio. Las mordeduras son especialmente peligrosas porque inoculan el virus dentro del cuerpo, pero también puede transmitirse por compartir platos de agua y comida o bandejas sanitarias dentro de la casa, por lamido o contacto de nariz a nariz. Las madres enfermas puedencontagiar a sus hijos antes de nacer o al darles de mamar. En el ambiente el virus no sobrevive más de unas horas, ya que es muy sensible a los desinfectantes comunes, a la desecación, al calor y la luz ultravioleta. Se necesita una gran carga viral para infectar a un gato adulto, de modo que generalmente hace falta un contacto prolongado para que la enfermedad se transmita.
El virus de la leucemia felina puede provocar muchas enfermedades diferentes según los órganos que ataque:
-Inmunodeficiencia: el sistema inmune débil no logra luchar contra otros virus, bacterias, hongos y parásitos, entonces se ven infecciones crónicas, que no responden bien al tratamiento. Muchas veces se detecta la leucemia porque un gato presenta infecciones a repetición en la boca o en la piel.
-Anemia: cuando el virus afecta la médula ósea los gatos desarrollan una anemia no regenerativa.
-Enfermedades inmuno-mediadas, por la acumulación de complejos grandes que se forman entre los anticuerpos del gato y el virus de la leucemia. Estos dañan los riñones, articulaciones y vasos sanguíneos.
-Problemas reproductivos: son frecuentes los trastornos de fertilidad, abortos, reabsorciones de fetos o gatitos que mueren a poco de nacer.
-Problemas gastrointestinales: el virus puede provocar cáncer en los intestinos y el estómago, y se observan vómitos, diarrea y falta de apetito. Además proliferan fácilmente otros virus, parásitos y bacterias que provocan diarreas y gastroenteritis.
-Enfermedades neurológicas: como convulsiones, ceguera, parálisis, cambios de comportamiento que pueden deberse directamente a la acción del virus o a infecciones secundarias por toxoplasmosis o criptococosis.
-Déficit en la coagulación de la sangre, por disminuir el número de plaquetas (trombocitopenia).
-Ganglios agrandados, usualmente en el abdomen y en otras partes del cuerpo.
-Neoplasias: aproximadamente el 30% de los gatos con leucemia desarrollarán alguna forma de cáncer, generalmente linfosarcoma, leucemia linfoide o mielosis eritrémica.
Así los síntomas dependerán de la manifestación de la leucemia felina, pero en la mayoría de los casos ocurre una pérdida de apetito, pérdida de peso, fiebre y decaimiento al inicio de la enfermedad.
Los gatos con leucemia pueden llegar a vivir varios años. Es muy importante mantener para ellos unambiente sin estrés y no permitir el contacto con gatos que padezcan enfermedades contagiosas.No deben salir de la casa para evitar encuentros o peleas con otros gatos y para prevenir accidentes. También hay que ser un dueño responsable y evitar que él contagie leucemia a otros gatos del vecindario. Por estas mismas razones también se recomienda castrar a los gatos y gatas seropositivos.
Es fundamental que el gato tenga el mejor estado general posible. Para esto hay que darle una muy buena alimentación, con piensos de primera calidad o con la dieta que tu veterinario te recomiende. Debes evitar darle alimentos crudos, como carne, huevos o leche sin pasteurizar, pues el riesgo de contraer enfermedades y parásitos (como la toxoplasmosis) de los alimentos es mucho mayor en gatos inmunosuprimidos.
Conversa con tu veterinario y elaboren un programa de controles cada 3 a 6 meses para poder detectar cualquier infección a tiempo y tratarla agresivamente. Se debe prestar especial atención a las encías, ojos, piel, ganglios y una palpación abdominal profunda. Con la frecuencia que él te recomiende es conveniente realizar hemogramas, bioquímica sanguínea y análisis de orina; también desparasitarlo y elaborar un plan de vacunación especial para tu gato. Siempre hay que pesarlo para tener registro de la evolución del peso.
En tu casa debes estar siempre atento a cualquier cambio que aparezca en tu gato, ya sea de comportamiento o físico, y no esperes para comentarlo con el veterinario. Acostúmbrate a revisar su boca, su piel, observar como es su materia fecal y cuánto orina, si no ha querido comer o notas que duerme más que antes.
Cuando el gato muestre signos de enfermedad, habrá que realizar el tratamiento que corresponda, con suero, antibióticos, vitaminas, etc. Es importante prevenir la aparición de infecciones secundarias que podrían complicar aún más el cuadro. Los linfosarcomas se tratan con quimioterapia combinada con corticoides.
Se han obtenido resultados variables pero alentadores con el uso de proteína stafilocócica (PSA), interferón humano, Propionibacterium acnis y Acemmanan, un derivado del aloe. Todos estos son estimulantes inespecíficos de las defensas.
Las drogas antivirales que se usan en humanos, como el AZT y ddC no han tenido buenos resultados en los gatos y además provocan demasiados efectos secundarios tóxicos.
Es imposible saber cuánto tiempo vivirá un gato sano que ha salido positivo en un test de leucemia. Con buenos cuidados se calcula que en el lapso de 2 o 3 años aparecerá algún signo de enfermedad. A partir de entonces el tiempo de sobrevida es más corto. De ti depende que tu mascota reciba los mejores cuidados que puedas darle y que pase el tiempo que le queda rodeado de amor y caricias, evitando por todos los medios que contagie a más gatos.
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